Desmanicomialización-y-desinstitucionalizar

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Des institucionalizar es cuestionar más profundamente el dispositivo institucional en sí y el modelo manicomial en el caso de la salud mental en particular. Sin dejar de lado otros tipos de instituciones como la escuela, la familia y el ámbito laboral, que son modelos culturales que también poseen fuertes contradicciones que amenazan de alguna manera la subjetividad de las personas. Cuando me refiero a cuestionar, estoy hablando de poder tomar una posición crítica al respecto de las estrategias, técnicas y métodos del dispositivo asilar/manicomial de encierro y también desde el punto de vista del poder lógicamente, tomando como base desde mi perspectiva lo que Foucault expone en el poder psiquiátrico.

La desinstitucionalización responde a la necesidad de crear nuevas normativas, miradas diferentes hacia un horizonte de posibilidades más amplio y flexible en pro de los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos que conformamos el pueblo. La desinstitucionalización, de ninguna manera hace referencia a negar las instituciones, es decir que no significa que las instituciones no hacen falta o no son necesarias, tampoco hace referencia a cerrar los hospitales, ni a abandonar al destino a quienes padecen trastornos mentales o carencias materiales y emocionales. Desinstitucionalizar no quiere decir que hay que desplazar a los “locos” o a los “pobres” a otros lugares iguales con diferente nombre, pero con lógicas homologas. Tampoco significa seguir creando casitas, o “minibordas” y “minimoyanos” produciendo un ridículo reduccionismo de la situación, que no solo no solucionada nada, sino que disfraza la realidad con estrategias poco eficaces y obsoletas. Esa es una manera de no hacerse cargo, de desplazar, de marginar, de no tomar realmente conciencia de lo que se esta movilizando con este tipo de “ideas” como las de Macri para dar un ejemplo más claro, quien parece no tener noción de las condiciones en las cuales se encuentra el sistema de salud actual de nuestro país.

Desinstitucionalizar implica una relación directa con la producción de una transformación de raíz y un trabajo de prevención intensivo para poder cambiar la realidad que hoy se nos presenta; una superpoblación de pacientes donde siempre sobran excusas para su internación y cronificación, y nunca alcanzan los recursos e insumos para poder rehabilitarlos o mantenerlos en condiciones dignas como todo ser humano merece. En lo que respecta al movimiento de antipsiquiatria, a nivel mundial, desmanicomialización y desintitucionalización confluyen en puntos de encuentro similares, en cuanto a la reorganización de estructuras, de dispositivos, de ejes, de un cambio de base y trasfondo para poder cambiar la óptica con que se trata a las personas, ya sea con sufrimiento mental, situación de vulnerabilidad social, etc.

Desinstitucionalización siempre significa partir de las necesidades de cada uno de los individuos, como seres autónomos, respetando por sobre todas las cosas su subjetividad y sus derechos. Dejando de lado el viejo y caduco sistema manicomial de encierro, de exclusión, de falta de respeto, de violación de derechos humanos. E incluso también modificando otros dispositivos y maneras de pensar, ya sea en la salud o en el disciplinamiento, tanto del ámbito educacional, laboral o cualquier otra institución con normas y reglas rígidas que moldeen de alguna manera la subjetividad de los individuos. Claro que bajo toda lógica subyace el factor político que siempre es el más fuerte y el más complicado de modificar, porque es el que más poder tiene.

La desinstitucionalización posee una estrecha relación con algunos conceptos como el de salud pública, la acción comunitaria y la participación colectiva. Implica además transformar los vínculos, respetar los derechos humanos, la dignidad propia y ajena y también mejorar los recursos económicos.

En el trabajo de desinstitucionalización es importante informar, brindar apoyo, contención y seguridad a la comunidad toda para que determinadas estructuras puedan ser transformadas, sin que la sociedad ignore sus causas y sepa hacer valer sus derechos. Desinstitucionalizar, promulgando siempre los derechos de los ciudadanos y promoviendo la salud biopsicosocial, garantizando la vivienda, el trabajo y la salud por encima de sobre todas las cosas…porque la salud es un derecho y los derechos, no deberían negociarse.

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