Un mapa de género y gastronomía

Barmaids de Argentina y Afines es una plataforma que visibiliza el trabajo de la mujer en el rubro gastronómico. El proyecto construye un mapa para difundir, conectar, capacitar y crear alianzas entre mujeres del rubro en todo el país, extendiéndose también a nivel regional.

El término barmaids originalmente hace alusión a las mujeres que están detrás de las barras preparando tragos y cócteles y, en este caso, se extiende a aquellas que están en el interior de las cocinas de restaurantes. Esto incluye a sommeliers, enólogas, baristas, tea blenders, cerveceras, destiladoras, dueñas de establecimiento, brand ambassadors, cocineras, chef y emprendedoras.

Barmaids de Argentina y Afines es un proyecto encabezado por la periodista y productora cultural aficionada a la gastronomía y al mundo de las bebidas, Laura Marajofsky, que se propone armar un gran mapa de mujeres que refleje la situación de la mujer gastronómica hoy y, además, difundir los proyectos y redes que se tejen tanto en lo presencial como virtual dentro de la incipiente movida gastrocultural. En comunicación con la creadora del proyecto ahondamos en sus detalles desde sus comienzos hasta la actualidad.

-¿Cómo surgió el proyecto? ¿Cuáles eran sus objetivos iniciales?

-El proyecto surge en 2017 y en noviembre pasado se cumplieron tres años. Surge porque veíamos una emergente presencia femenina en barras, cada vez se veía más barmaids del otro lado de la barra, trabajando en bares como jefas de barra o embajadoras de marca. También había cada vez más baristas, más mujeres en gastronomía y nos dimos cuenta que esto no estaba visibilizado, que no estaban conectadas entre equipos de trabajo y que incluso muchas no se conocían entre sí.

Tomo nota de todo esto en medio de mi labor periodística cubriendo la movida gastro cultural de las provincias del interior en Argentina y viajando a países del exterior como México, donde realicé la cobertura del World Class de Coctelería. Primero fueron artículos que evolucionaron hacia una idea un poco más compleja para armar un sitio web que fuera un mapa online que permitiera ubicar a las mujeres que estaban trabajando activamente en Argentina, tanto en Buenos Aires como en el resto del país, siempre hablando de mujeres profesionales para la gastronomía, es decir, quienes ejercen la gastronomía como profesión, no como hobby. Finalmente evolucionó a lo que hoy es el Mapa de barmaids y afines, que ya es un proyecto más ambicioso porque se trata de una plataforma regional, con numerosas actividades y activaciones tanto online como de manera presencial.

Los objetivos iniciales fueron poder visibilizar, primero lo pensamos para las mujeres que estaban trabajando en barra y después lo abrimos a otros rubros, por eso se llama Mapa de barmaids y afines. Esta primera plataforma se puso en línea en 2018 y básicamente el objetivo que tenía era ver quién estaba trabajando, en dónde estaba y cuál era su lado B, es decir, sus proyectos o las redes en las que estaba. Después el proyecto se fue ampliando, pasó a incluir mujeres del vino, del café, de la cerveza, del mate y el té, de la cocina y del emprendedurismo. Actualmente incluimos a miembros de todo el colectivo LGBTIQ+.

-¿Cuál es el alcance que tiene el proyecto actualmente a nivel federal?

-El proyecto actualmente tiene más de quinientas mujeres registradas, llegando casi a las seiscientas en las siete especialidades en todo en todo el país. Tenemos en casi todas las provincias, podemos decir que es un proyecto federalizado. Tenemos cinco puntos centrales con embajadoras activas y donde se han realizado acciones y actividades que son: Tucumán, Mendoza, por supuesto Buenos Aires, donde también tenemos embajadoras en la costa como Mar del Plata, en Bahía Blanca; después están las provincias de Santa Fe y Córdoba. Esos son los cinco centros más activos digamos, pero también tenemos chicas registradas por supuesto en el Sur, lo que pasa es que se consideramos estos cinco puntos como lugares de mayor afluencia de representantes y de espacios gastronómicos.

-¿En qué consiste el área de Formación?

-En 2019, antes de la pandemia, Formación fue el área que más explotó. Fue concebido como un espacio para ofrecer educación no formal, en el sentido de que no es académica ni está institucionalizada, pero que es de gran valor agregado en ciclos de charlas, en espacios de experiencias y en cursos.

Ahora estamos más concentradas en todo lo referido a género y salud, con proyectos de investigación y de sondeo con dos encuestas que están hace casi dos años online, relevando cuestiones de género y de salud en gastronomía, sin precedentes acá en Argentina, no existían esos datos antes de que nos pusiéramos a hacerlo y me atrevería a decir que a nivel regional también somos precursoras porque las encuestas se están haciendo en México, en Chile, en Uruguay, en Perú y en otros países del mapa. Ahora concretamente estamos enfocadas en impartir en la ciudad de Buenos Aires las  denominadas Capacitaciones de Género y buenas prácticas.

Durante 2019 se realizó nuestro ciclo central que son las salas del mapa, que tuvo diez ediciones y fue un espacio por el que pasaron más de trescientas personas y contamos con veintidós oradoras. Se trata de un espacio pensado de manera descentralizada, multidisciplinaria y semi gratuita. Prácticamente gratis las chicas podrían venir a escuchar charlas y participar, hacer degustaciones y debatir con sus pares en un contexto en donde podían escuchar a referentes de la gastronomía y otros ámbitos de variadísimas temáticas. Hay desde nuevas técnicas a biotextil, comunicación del vino, destilación, emprendedurismo, hubo de todo realmente, hasta dobladoras de neón.

Laura Marajofsky

 Siempre conservamos una impronta multidisciplinaria, transversal y femenina con el objetivo de que sea un espacio de reunión, de encuentro, de formación para mujeres y en donde se pone relevancia y foco en el trabajo de las mujeres que ofician un poco de oradoras, de mentoras, con el compromiso siempre que el 50% o más de las duplas sean mujeres. Justamente porque encontrábamos una deficiencia en la curación de los eventos en el ámbito gastronómico donde siempre hay más hombres que mujeres y donde cuando hay mujeres siempre son las mismas, entonces también ponemos el foco en otro tipo de talentos, en gente más joven y en una mirada mucho más fresca moderna y transversal de la gastronomía.

-¿Cómo fueron adaptando el proyecto y sus actividades durante la pandemia?

-Actualmente estamos mucho más enfocadas en salud y género. Estamos haciendo capacitaciones para el sector privado de buenas prácticas y de género que trabajamos con un equipo que se consolidó en 2019 cuando hicimos capacitaciones masivas. Hubo dos convocatorias abiertas y gratuitas en las que capacitamos de manera pública a personal de bares. Asistieron 65  bares que se bajaron nuestro kit y protocolo, material que está en la página web. Fuimos renovando y actualizando nuestra capacitación, sumamos abogadas con perspectiva de género con las que nosotras trabajamos hace ya casi tres años con las chicas de ABOFEM, y sumamos psicólogas también.

En 2020 tuvimos que adaptarnos a la pandemia pasando todo a la virtualidad y fue muy difícil porque el mapa tenía muchas actividades presenciales. En 2019 hicimos un conversatorio de género en el CCK al que asistieron más de cien personas, tuvimos ciclos de yoga para gastronómicos en el marco de nuestra rama Gastronomía saludable.

Tuvimos muchas intervenciones durante 2019, por eso 2020 fue tan complejo, no pudimos concretar nada que tuviera que ver con eso. Pero lo que sí estuvimos haciendo fue una serie de diez intervenciones de experiencias online, una especie de reversión de las charlas del mapa pero en versión virtual y  también dictamos algunos cursos en este formato.

Sobre todo continuamos con el trabajo de difusión, de visibilización, de producción de contenido y de mapeo. El mapa requiere de  mucho trabajo que tal vez no se ve y está relacionado con mapeo, contenido en redes,  visibilización de trabajos de las chicas y el de otras comunidades también. 2020 fue un año de crecimiento regional en el que se consolidó el mapa fuera de Argentina. El último evento presencial que tuvimos fue antes de la pandemia un conversatorio de género con líderes de distintas comunidades femeninas de la gastronomía en febrero de ese año y en enero, en este mini verano que tuvimos hicimos una edición presencial de las charlas del mapa, la única de 2021.

-¿En qué están trabajando actualmente?

-El mapa nunca deja de trabajar. Durante pandemia estuvimos ofreciendo recursos gratuitos de salud y apoyo psicológico para las chicas. Organizamos una movida que se llama Mapa delivery en Chile y Argentina con alrededor de cuatrocientos puntos en cada uno, de lugares que ofrecían delivery, compra futura, bonos, entre otras maneras de ayudar a los restaurantes. Contamos también con asesoramiento legal gratuito al que pueden acceder todas mujeres del rubro.

El proyecto tiene además mucha producción de contenido en su newsletter que comenzó a salir el año pasado de Gastro Cultura mensual, donde escriben mujeres de diferentes países y se ha tratado problemáticas regionales de gastronomía con perspectiva de género. El año pasado lanzamos Comanda, nuestro podcast de audio relatos de mujeres de la gastronomía, que es uno de los productos más lindos y más accesibles del Mapa.

Fuente cultura.gob.ar

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