La muerte de Fabriciano Gómez y el recuerdo de sus cercanos: “Era un tipazo que amaba la vida”
La noticia por la muerte del escultor Fabriciano Gómez en la madrugada de este miércoles dejó consternada a toda la ciudad de Resistencia y gran parte del ambiente cultural, algo que motivó la despedida de sus allegados y el recuerdo a través de distintos canales de comunicación, evocando la memoria de la gran persona detrás del artista. En ese sentido, uno de los convocados a rememorarlo fue el locutor Marcelo Prado Lima, voz oficial de la Bienal de las Esculturas que se aprestó a dialogar con Radio Provincia.
“Es un día especialmente triste. Estoy helado”, graficó en sus primeras palabras el locutor que logró forjar un vínculo de cercanía tras tantos años de trabajo. “No esperaba jamás un desenlace de esta manera”, agregó, y subrayó que “si algo tenía Fabriciano, eran ganas de vivir y hacer cosas, lo que menos tenía ganas era de partir justo antes de una Bienal que está por llegar luego de la última postergada por la pandemia”.
Sobre la relación entre ambos, Prado Lima contó que el escultor “ante todo amaba la vida”, sin embargo, señaló que no le era esquivo a la posibilidad de la muerte: “Entendía que esto que le pasa hoy de partir, es una circunstancia que nos toca a todos. Lo entendía perfectamente”, aseguró, y recordó, además, que “muchas veces en charlas íntimas me comentaba que tenía ganas de irse, de no estar más en este mundo, porque eran mucho el dolor físico que tenía con las afecciones que le había dejado su trabajo”.
“Tuve la suerte de poder compartir en cada Bienal que presentábamos en Resistencia, y después nos íbamos y la presentábamos en Buenos Aires, y yo era su compañero de viaje y de cuarto. Cuando llegábamos compartía la habitación con él, y hablábamos de cosas que van a quedar en el recuerdo, que me hicieron sentirlo muy hermano, muy amigo y muy humano”, comentó, y agregó que “me transformé en la voz oficial de la Bienal gracias a él, a su cariño, pero más que nada me transformé en la voz oficial de su amistad, así es como lo sentí siempre”. “Era un tipazo, de esos que decís: lo voy a querer para toda la vida”, concluyó.