Coronavirus: lo que los padres deben saber para protegerse junto a sus hijos

En una guía con preguntas y respuestas, Unicef ofrece información confiable y simple dirigida a padres y madres, para que puedan proteger mejor a niños y niñas en tiempos de pandemia. Todo lo que es necesario saber, desde lo más básico hasta los detalles más específicos de la enfermedad y la prevención.

¿Qué es COVID-19?

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una nueva cepa de coronavirus que se detectó por primera vez en Wuhan, China. “Co” hace referencia a “corona”, “vi” a “virus” y “d” a disease (“enfermedad” en inglés).

La COVID-19 ha sido descrita como pandemia por la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué significa esto?

Calificar la COVID-19 como pandemia no indica que el virus se haya vuelto más letal. Más bien es el reconocimiento de que la enfermedad se ha propagado geográficamente.

¿Cuáles son los síntomas del coronavirus?

Muchos síntomas de la COVID-19 son similares a los de la gripe, el resfriado común y otras afecciones, por lo que se requiere una prueba para confirmar si alguien tiene COVID-19. Los síntomas pueden aparecer de 2 a 14 días después de la exposición al virus y pueden variar desde leves a muy graves. Algunas personas que han sido infectadas no presentan ningún síntoma.

Los síntomas más comunes son fiebre, tos y cansancio. Otros síntomas pueden incluir dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, confusión, dolor de garganta, congestión o goteo nasal, diarrea, náuseas y vómitos, dolor abdominal y erupciones cutáneas. Además de estos síntomas, los bebés pueden tener dificultades para alimentarse.

Los niños de cualquier edad pueden enfermarse con COVID-19. Si bien los niños y los adultos experimentan síntomas similares, los niños generalmente tienen síntomas menos graves que los adultos.

Los síntomas que requieren atención médica urgente incluyen dificultad para respirar/respiración rápida o superficial (también gruñidos, incapacidad para amamantar en bebés), labios o cara de un color azulado, dolor o presión en el pecho, confusión, incapacidad para despertar/no interactuar, incapacidad para beber o retener líquidos, dolor de estómago severo.

¿Cómo se contagia la COVID-19?

El virus se propaga principalmente a través de las gotitas que una persona infectada expulsa en el aire con la respiración (al toser, estornudar, hablar, cantar) que llegan a la boca, la nariz o los ojos de las personas que están cerca. Las personas también pueden infectarse al tocarse la boca, la nariz o los ojos después de tocar superficies contaminadas con el virus. El virus de la COVID-19 puede sobrevivir en las superficies durante unas horas o varios días, pero es posible eliminarlo con un simple desinfectante.

La transmisión aérea (o en aerosol) del virus puede ocurrir en los centros de atención médica donde los procedimientos médicos específicos generan gotitas muy pequeñas, llamadas aerosoles, que permanecen en el aire. Fuera de los entornos de atención de la salud, algunos informes sugieren la posibilidad de una transmisión por aire de corto alcance, particularmente en espacios interiores mal ventilados y atestados, donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo junto a otras. Las pruebas disponibles hasta la fecha indican que es poco probable que se produzca una transmisión por aire de la COVID-19 a grandes distancias.

Sobre la base de lo que sabemos actualmente, las personas infectadas transmiten la COVID-19 cuando tienen síntomas (incluidos los síntomas leves), y también justo antes de que aparezcan los síntomas, cuando se encuentran en estrecha proximidad a otras personas durante períodos prolongados de tiempo. Aunque alguien que nunca llega a tener síntomas también puede transmitir el virus a otros, se están realizando investigaciones para comprender hasta qué punto esto ocurre.

Vacunas

¿Existe una vacuna para la COVID-19?

Desarrollar una vacuna segura y eficaz lleva tiempo, pero gracias a la inversión sin precedentes en investigación y desarrollo y a la cooperación global, los científicos han podido desarrollar una vacuna contra la COVID-19 en un tiempo récord, sin dejar de mantener una normativa sólida, basada en la evidencia y rigurosos estándares.

¿Podrá mi hijo vacunarse contra la COVID-19?

El sistema inmune de los niños es diferente al de los adultos y puede variar significativamente en función de la edad. Los niños no participaron en los ensayos iniciales de la vacuna contra la COVID-19, así que es necesario investigar más a fondo si la vacuna contra la COVID-19 será segura para ellos. Actualizaremos las recomendaciones conforme haya más información disponible; mientras tanto, recomendamos seguir las directrices nacionales y locales para ayudar a prevenir la transmisión de la COVID-19.

Variantes

Escuché que existen variantes del virus que causa COVID-19. ¿Esto qué significa?

Es normal que los virus muten con el tiempo. Los expertos monitorean constantemente las nuevas variantes del coronavirus que causa la COVID-19 para ver si se propagan más fácilmente, causan una enfermedad más grave o podrían tener un impacto en la efectividad de las vacunas. Algunas nuevas cepas del virus parecen ser más contagiosas, pero la evidencia hasta ahora no sugiere que puedan enfermar más.

La mejor manera de limitar y suprimir la transmisión de la COVID-19 es que las personas continúen siguiendo los consejos existentes para prevenir la propagación del virus, incluido el lavado de manos regular, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas cuando corresponda y mantener las áreas interiores bien ventiladas.

¿Es alguna de las nuevas variantes de la COVID-19 más peligrosa para los niños?

Los expertos de todo el mundo siguen analizando estas variantes con el fin de comprender mejor sus efectos sobre distintos grupos de edad, entre ellos los niños. Parece que algunas variantes, como la que se identificó por primera vez en el Reino Unido, se contagian más fácilmente de una persona a otra y también entre los niños. En la actualidad se está investigando si estas nuevas variantes pueden ocasionar una enfermedad más grave en las personas que se infectan y, en ese caso, cuál es el alcance de la enfermedad. Hasta el momento, las pruebas no sugieren que estas variantes estén afectando específicamente a los niños, y sigue siendo relativamente infrecuente que los jóvenes que se contagian desarrollen una enfermedad grave.

Las madres y los padres deberían seguir animando a sus hijos a tomar las mismas precauciones que antes para evitar contraer y transmitir la COVID-19.

¿Qué es la “COVID persistente”? ¿Puede afectar a los niños?

La enfermedad posterior a la COVID-19, en ocasiones denominada “COVID persistente” o “de larga duración”, es el término que se utiliza para describir los síntomas que persisten durante semanas o meses en algunas personas después de haberse recuperado de una infección por COVID-19.

Es necesario seguir investigando para comprender mejor los efectos de la COVID-19 a largo plazo, pero los jóvenes y los niños que no padecían enfermedades crónicas previas y los que habían tenido síntomas leves durante una infección grave por COVID-19 también se han visto afectados. No está claro el número de niños que padecen COVID persistente, pero, según los estudios, algunos de los síntomas que pueden presentar son fatiga, problemas gastrointestinales, dolores de garganta, dolores de cabeza, dolor muscular y debilidad.

Los niños y los adolescentes también pueden sufrir el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una enfermedad poco frecuente, aunque grave, que parece estar relacionada con la COVID-19.

Si tu hijo o un miembro de tu familia presenta síntomas nuevos o persistentes después de una infección grave por COVID-19, deberían consultar a un profesional de la salud.

Prevención

¿Cómo puedo protegerme y proteger a los demás de la COVID-19?

Estas son cuatro precauciones que tú y tu familia pueden tomar para evitar el contagio:

-Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un desinfectante que contenga alcohol

-Taparse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser o estornudar y desechar el pañuelo en una basura cerrada

-Mantén al menos 1 metro de distancia de otras personas.

-Buscar atención médica temprana en caso de tener fiebre, tos o dificultad para respirar

Además:

-Limpia y desinfecta regularmente las superficies que se tocan con frecuencia, como teléfonos, pomos de puertas, interruptores de luz y superficies

-Evita los lugares concurridos, los espacios confinados y cerrados con poca ventilación

-Utiliza máscaras de tela cuando te encuentres en lugares públicos donde hay transmisión de grupo y no es posible practicar el distanciamiento físico

-Mantén todos los espacios interiores bien ventilados

-Todo lo que debes saber sobre el lavado de manos para protegerte del coronavirus.

¿Debería ponerme una mascarilla?

Se recomienda el uso de mascarilla ante la presencia de síntomas respiratorios (tos o estornudos) para proteger a otras personas, o si está cuidando a alguien que pueda tener COVID-19.

Si llevas mascarilla, debes utilizarla y desecharla adecuadamente para garantizar su efectividad y evitar el riesgo de transmisión del virus. Las mascarillas desechables solo se pueden usar una vez.

Sin embargo, el uso de la mascarilla no es suficiente para frenar el contagio. Es necesario lavarse las manos con frecuencia, taparse la boca y la nariz al toser y estornudar y evitar el contacto directo con una persona que tenga un resfriado o presente síntomas similares a los de la gripe (tos, estornudos o fiebre).

Covid-19 y los niños

¿Afecta el COVID-19 a los niños?

Este virus es nuevo y todavía no sabemos cómo afecta a los niños y a las mujeres embarazadas. Nos consta que personas de cualquier edad pueden infectarse y transmitir el virus, aunque son las personas de más edad, o aquellas con enfermedades preexistentes, quienes parecen más propensas a enfermarse gravemente.

También hay informes sobre el raro, pero grave, síndrome inflamatorio multisistémico, posiblemente asociado a la COVID-19 y que afecta a niños y adolescentes. Aunque no están limitadas a estas manifestaciones clínicas, las características incluyen: fiebre persistente; erupción cutánea; ojos rojos o rosados; enrojecimiento e inflamación de los labios, la lengua, las manos y los pies; problemas gastrointestinales; presión arterial baja; deficiente flujo sanguíneo a los órganos, y otros signos de inflamación.   

Muchos de estos niños han dado positivo en la prueba de la COVID-19. Sin embargo, no se sabe con certeza si el coronavirus ha sido lo que ha originado esta enfermedad. Hasta el momento, estos casos se han registrado mayoritariamente en América del Norte y en Europa. Pero desconocemos si la afección existe en otras partes del mundo y todavía no ha sido reconocida.   

No obstante, se debe procurar atención médica para todos los niños que tengan estos síntomas, ya que un diagnóstico y tratamiento rápidos son esenciales. Según indican los primeros informes, la mayoría de los casos respondieron bien a los tratamientos antiinflamatorios.

¿Qué debería hacer si mi hijo presenta síntomas del COVID-19?

Deberías buscar asistencia médica, pero no olvides que es la temporada de gripe en el Hemisferio norte y que algunos síntomas del COVID-19, como la tos o la fiebre, pueden ser similares a los de la gripe o el resfriado común, que son mucho más frecuentes.

Es importante mantener buenas prácticas de higiene y de manos, como lavarse las manos con frecuencia, así como estar al día con su calendario de vacunas para que tu hijo esté protegido contra otros virus y bacterias que puedan causar enfermedades.

Igual que con otras infecciones respiratorias como la gripe, deberías buscar ayuda médica tan pronto como tú o tu hijo empiecen a presentar síntomas y evitar ir a lugares públicos (como el lugar de trabajo, la escuela o el transporte público) para no contagiar a otras personas.

Viajes

¿Qué precauciones debemos tomar mi familia y yo si viajamos?

Toda persona que tenga previsto viajar al extranjero debe consultar siempre la alerta para viajeros del país de destino con el fin de informarse sobre las restricciones de entrada, la probabilidad de que se haya decretado una cuarentena al entrar en el país o cualquier otra advertencia para viajeros que sea pertinente.

Además de las precauciones que se deben tomar normalmente cuando se viaja, y para evitar que le pongan en cuarentena o le nieguen la entrada a su país de origen, les aconsejamos también que consulten la última actualización de COVID-19 en el sitio web de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, que incluye una lista de países y medidas restrictivas.

Mientras están viajando, todos los progenitores deben seguir las medidas de higiene estandarizadas que se recomiendan para ellos y para sus hijos, como lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto cercano con cualquier persona que esté tosiendo o estornudando.

Otra recomendación importante es limpiar el asiento, el reposabrazos, la pantalla táctil, etc. con una toallita desinfectante una vez que se encuentre dentro de un avión u otro vehículo. Utilicen también una toallita desinfectante para limpiar las superficies de las llaves, los pomos de las puertas, los mandos a distancia, etc. en el hotel u otro alojamiento donde se encuentren ustedes y sus hijos.

Embarazo

¿Puede una mujer embarazada transmitir el virus al feto?

Por el momento no existen pruebas suficientes para determinar si el virus puede transmitirse de madres a fetos durante el embarazo, ni tampoco de las consecuencias que esto puede tener después en el bebé. Es un asunto que se está investigando. Las mujeres embarazadas deberían seguir tomando las precauciones adecuadas para protegerse de la exposición al virus y buscar asistencia médica si comienzan a presentar síntomas como fiebre, tos o dificultades para respirar.

¿Es seguro que una madre infectada de coronavirus amamante a su bebé?

Cualquier madre que se encuentre en una zona de riesgo afectada por el virus y presente síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar debería buscar asistencia médica a la mayor brevedad y seguir las instrucciones de un profesional de la salud.

Teniendo en cuenta los beneficios de la lactancia materna y la escasa relevancia de la leche materna en el contexto de la transmisión de otros virus respiratorios, la madre puede seguir amamantando a su bebé siempre y cuando tome todas las precauciones necesarias.

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