Una mirada Psico Socio Gerontológica “crítica y feminista”.

La heterogeneidad, complejidad y singularidad de las vejeces, no puede ser
detectada o explicada por meros datos estadísticos o estudios sobre el
envejecimiento.
La misma requiere de una mirada profunda desde nuestro quehacer diario, de
forma tal que podamos detectar indicios de cambios, necesidades y emergentes
en ese grupo poblacional y la sociedad toda.
Miradas que indaguen y cuestionen de forma permanente, que es ser viejo / a
hoy, los procesos de envejecimiento, el lugar de la persona mayor en la
sociedad, en la familia, con otros.
En tal sentido, resulta necesario un abordaje interdisciplinario, que evite el
estancamiento del conocimiento sobre el envejecimiento construido, y permita
un mejor desarrollo de políticas y acciones de forma coordinada e integral.
Proponemos una Psico Socio Gerontología crítica y feminista que, no sólo
consolide un saber científico sino que lo trascienda para un uso social y
operativo, articulándose con intereses económicos, culturales y sociales.
Sin lugar a duda, esto traerá efectos sobre la vida cotidiana de las personas,
sobre sus decisiones, elecciones y juicios. Debemos trabajar activamente, en la
indagación permanente de supuestos, valores y otras pautas culturales
construidas desde teorías tradicionales, revisando y reformular conceptos claves
de la organización social: la familia, que es la independencia, la autonomía, la
integración, la participación, la salud y la enfermedad, la vida en tiempos de
pandemia, etc., etc., etc.
Ese conocimiento social, no puede desconocer además, su carga moral, ética y
valorativa. Lo axiológico se impone frente a un mundo que discrimina por el sólo
hecho de que todo, absolutamente todo, poco a poco y cada vez más, va
quedando en manos de cada vez menos personas y grupos de poder
concentrados.
Por otra parte, su condición de feminista, encuentra sentido en una fuerte crítica
a los modos en que el lenguaje, el discurso y la investigación construyen
conocimientos, respecto a las personas mayores.
El feminismo como movimiento social va ocupando espacio en un mundo
globalizado. Pero se trata de una perspectiva de género en las cosas y en los
actos. No de una alternancia en la dominación. Varones y mujeres saben hoy o
pronto van a saberlo, que se la juegan porque las cosas deben cambiar. Pero
esta es una lucha de todos, que no excluye ni a unos ni a otros, sino que incluye
hacia una posición, que sea cualitativamente superior.
Criticar y cuestionar fuertemente la supuesta neutralidad del conocimiento
científico, nos permitirá darnos cuenta que, por medio del lenguaje se construyen
significados sociales del envejecimiento de forma parcial y sesgada, creando en
muchos casos representaciones sociales y categorías mentales y esquemas que
son erróneos, porque parten de bases conceptuales de la vejez y el
envejecimiento, de neto corte machista, a todas luces caducas, matrices a
deconstruir y reconstruir vaciando y llenando nuevas resignificaciones.
Vejeces feminista implica no sólo que este género presenta una esperanza de
vida mayor a la del hombre. Los profesionales de la salud, orientados a la
atención y cuidados de personas mayores son en su mayoría mujeres y esto
tiene un porqué.
Creemos que hay un desplazamiento socio cultural de lo que otrora fue “el
hacerse cargo” de los cuidados en las familias por parte de las hijas, las viudas,
las solteras, etc., hacia un trabajo profesional rentado.
El acceso masivo de la mujer a los puestos de trabajo, dejó abierta la necesidad
de formar personas profesionales en estas lides y han sido y son las mujeres,
las que con mayor fuerza y decisión, tomaron la posta formándose y
capacitándose en consecuencia.
Pero, lejos de cerrar la problemática, se necesitan profundizar por parte del
Estado políticas consecuentes con lo que podemos llamar la “economía del
cuidado”.
Argentina es uno de los países que, dentro del contexto latinoamericano, tiene
mayor tasa de envejecimiento poblacional. Los cambios producidos en las
dinámicas y transiciones sociodemográficas, junto a la creciente inserción laboral
femenina y la todavía falta de abordaje integral en materia de cuidados, nos pone
en serio peligro a todos como sociedad, para el bienestar y el ejercicio de
derechos no sólo de las personas mayores actuales, sino de las futuras
generaciones de viejos y viejas.
Son miles y miles los viejos y viejas abandonados, olvidados, en soledad no
deseada, sin recursos, sin oportunidades.
Por eso, estamos ante una instancia clave donde es hora de que asumamos una
mirada más amplia. A tal efecto proponemos la que ofrece la psico socio
gerontología, con un abordaje bio psico social y bajo un modelo de atención
centrada en la persona, que rescate al viejo / vieja de su lugar de desidia y lo
empodere, le asigne una posición digna y justa en la sociedad y trabaje sus
problemáticas de la vida cotidiana.
Una Estado que accione políticas públicas en consecuencia. Que haga efectivo
los derechos, y las demandas de un sector de la población que crece día a día
dado el envejecimiento poblacional, pero que sin embargo, guarda décadas y
décadas de eterna postergación y desconsideración.
Y finalmente una sociedad que se permita mirar hacia el futuro y ver que allí
estará una vejez que será en buena parte consecuencia de lo que se hace hoy.
Sin miedos, sin viejismos, sin discriminaciones u olvidos. La vejez en tanto
construcción social puede ser un logro. Y una sociedad exitosa debe saber que
tener una vejez digna es una condición necesaria y excluyente.


Gustavo Juan Pérez Zabatta – Director CESA Centro de Estudios Sociales Argentino

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